Cézanne. site/non-site

Cézanne, con dos enes y acento agudo en la primera e. Aún recuerdo la primera vez que memoricé este nombre: Cézanne, Cézanne, Cézanne… Ayer, cuando lo vi escrito en el panel de fondo de la rueda de prensa me acordé lo mucho que un día me costó aprender su ortografía. Lo logré cuando mi mente encontró una imaginaria comparación con su Montaña de Sainte – Victorie de 1904 y asoció que la irregularidad de su nombre era igual de bella que la de su paisaje. Un cuadro que me gusta tanto que ayer me hizo regresar varias veces desde la puerta de salida para volver a contemplarlo.


Dice Solana que Cézanne “trataba de ordenar mentalmente la naturaleza de sus paisajes del mismo modo que lo hacía en sus naturalezas muertas” y por eso, esta exposición juega con la dialéctica entre su trabajo en el interior y su práctica al exterior. Entre el estudio y el aire libre.
Incomprendido e infravalorado, la crítica lo consideraba el más torpe y excéntrico del grupo impresionista. Cézanne pasó sus últimos años retirado en su Provenza natal, pintando paisajes al aire libre al tiempo que creaba numerosas naturalezas en el interior de su estudio. Unas pinturas acusadas de ser brutales, toscas, primitivas e infantiles y que se convirtieron, precisamente por ello, en una fuerte influencia para fauvistas y cubistas.


Cézanne. site / non-site
Del 4 de febrero al 18 de mayo
Museo Thyssen-Bornemisza